No Pertenezco




Todo era gris,
todo era opaco,
no existía la luz,
no existía un camino,
no tenía fe,
no tenía destino.
Huéspedes habitando cuerpos
que danzaban sin razón,
con un mismo patrón de pensamiento
y siempre cantando la misma canción.
Así era ese mundo,
ése superficial y aburrido,
ése del que hay que escapar,
el de las almas perdidas,
al cual no pertenezco ya.