El ciclo que nunca termina



Con ella puedes soñar,
crear mundos nuevos,
llevar una vida distinta,
hacer amigos
y también enemigos,
puedes ver a alguien más reflejado en el espejo,
pero al final
quedará la soledad,
el vacío
y la necesidad de volver
al ciclo que si empieza nunca termina
"Mentira"

Alma perdida, alma vacía



Un alma perdida
que no encuentra salida,
pregunta quién eres
a esa sombra desvanecida,
no conoce sentimientos
ni menos resentimientos
sólo camina y camina
No reconoce la materia a la que pertenecía
tantos años vacía,
tantos años dormida,
¡despierta, despierta!
recapacita
regresa a la vida

Dicen por ahí...



Aunque no queramos es muy difícil aceptar que todos somos diferentes,
que en realidad ninguno de nosotros encaja en un determinado grupo.

Así como cuando éramos niños, a veces era inevitable sentir rechazo por
algún compañero de estudio, o sentir que no éramos parte de aquéllos
que son populares por su forma de vestir o actuar.

Es difícil, porque a esa edad aún no tenemos la madurez para entender
que todos vivimos en la misma tierra, que todos respiramos el mismo aire,
que nos alimentamos de la misma manera, tenemos las mismas necesidades, tenemos
un cuerpo y un alma.
Pero, como dicen por ahí: "Cada cabeza es un mundo"
No pensamos igual, no sentimos igual; nuestra alma es la que nos hace
"ser", crear una personalidad.
Así como las huellas digitales, algo que nos marca y nos identifica. Nos hace ser únicos en esta tierra.

¿Por qué sentir rechazo o sentirse rechazado?
¿Por qué intentar pertenecer?
¿Por qué aparentar?
si no hay nada más bello que ser único.

Yo preferiría el rechazo de la humanidad entera,
no soy como nadie y nunca lo seré,
aunque mi envoltura se parezca.
Tengo marca
Tengo sello
Tengo logo
Soy Erika
¿y tú?, ¿quién eres?

No Pertenezco




Todo era gris,
todo era opaco,
no existía la luz,
no existía un camino,
no tenía fe,
no tenía destino.
Huéspedes habitando cuerpos
que danzaban sin razón,
con un mismo patrón de pensamiento
y siempre cantando la misma canción.
Así era ese mundo,
ése superficial y aburrido,
ése del que hay que escapar,
el de las almas perdidas,
al cual no pertenezco ya.

Dicen por ahí...






A veces pensamos que mientras más personas tengamos a nuestro alrededor
podemos ser más felices,
pero como dicen por ahí...
no se trata de la cantidad, sino de la calidad
¿verdad?
Si estamos de cumpleaños, ¿de qué sirve que nos feliciten 100 personas,
si de esas 100 sólo vemos a 10 constantemente?
¿Por qué la gente desea tener más de 1000 amigos en las redes sociales,
si algunos ni siquiera los conoce?

A eso yo le llamo ambición,
ambición que sólo sirve para pretender felicidad.
He escuchado por ahí que dicen que mientras más rodeado estás
más sólo te encuentras.

No hay que pasar la vida buscando y queriendo más de lo que tenemos,
porque entonces nunca disfrutamos de aquello que tenemos.
La cantidad de amigos que tengamos no significa lo feliz,
ni lo divertido o bueno que seas,
a veces basta tener a una sóla persona al lado
y que en él o ella lo encuentres todo.
Ésto sí brinda felicidad.

Dicen por ahí...






Dicen por ahí
que todos llevamos a un niño por dentro
pero, yo me pregunto
¿por dentro?

Si miro a mi alrededor veo a todos jugando a ser adultos,
veo a todos siguiendo una serie de patrones,
aquellos que los permiten encajar en la sociedad.
Veo a todos fingiendo, pretendiendo y tratando de demostrar una actitud madura y
llena de libertad.
Términos que se han llevado a confusión, pues considero que no hay un límite de madurez establecida,
la madurez simplemente se basa en las experiencias vividas, aquellas que te hacen crecer
y evolucionar como persona. Todos vivimos experiencias diferentes y cada quien tiene
una madurez singular.
Y la libertad no significa hacer lo que queramos sin seguir reglas,
libertad es tener la conciencia de elegir las opciones que se presentan en la vida.

¿Por qué desear crecer?
Podemos madurar y tener libertad en nuestras manos, pero no hay por qué dejar de ser niño,
perder la capacidad de asombro, de ver, de tocar y sentir que todo es maravilloso y grande.
La mirada pura de un niño es la más especial.

No llevemos al niño por dentro, podemos ser niños siempre si así lo deseamos.

Dirigiendo una película






Al finalizar la tarde de hoy vi una película en género comedia romántica, la cual me hizo literalmente reir y llorar, pues suelo involucrarme en la vida de los personajes

y en la historia tal y como si yo estuviera viviéndola junto a ellos.
Su final fue feliz y conmovedor, tanto que permanecí un buen rato sintiendo las emociones como si me hubiesen sucedido.
Y eso es lo que realmente deseaba, que estas cosas sucedieran en la vida cotidiana
y que siempre todo tuviera un final feliz en el día.
Después, pensé. Si siempre desearamos que nuestra vida fuera como lo es en las películas,
¿podría yo vivir una historia similar a la de una película en género terror o suspenso?
me fascinan, pues generan mucha tensión lo cual es realmente divertido,
pero soy sumamente cobarde y generalmente cuando termino de verlas me repito a mí misma que es sólo una película cuyo objetivo es asustar.


Posterior a este pensamiento entendí que siempre vamos a desear que nuestra vida sea perfecta, tal como si un escritor redactara cada episodio y siempre fuera en el mismo género. El divertido, alegre y feliz. Pero, me di cuenta que los escritores somos nosotros mismos, que a diario escribimos un guión y somos nosotros quienes lo dirigimos. Lo emocionante es que todos los días cambiamos de género, podemos pasar de comedia a drama, terror, suspenso, romántica y entre otros.
Entonces, Reaccioné.
Comprendí que la mejor película es la que yo escribo, la que yo dirijo y la que vivo intensamente día a día.