Simplemente Pensar




Apoyé mi guitarra, después de un par de horas tocando, mis deditos me pidieron descanso.
Decidí consentirlos. Me senté en un rincón, saqué una hoja y un lápiz y pensaba, buscaba un motivo y no lo podía encontrar. Pensé que nada se me ocurriría esta noche fría y húmeda. Acompañada de poca luz y mucho silencio empecé a recordar cada episodio de mi día, porque veo a los días no como un sólo capítulo, sino tantos que hasta una novela de 400 páginas podría surgir. Y así, mi lápiz se deslizó solo, manejado por mis recuerdos.
Esto me hizo comprender, que es cierto que todos los días se aprende algo, a veces no logramos ver la lección de inmediato, pero basta pensar, basta simplemente sentarse y pensar.

0 comentarios:

Publicar un comentario